Los Raptors 905, el mejor equipo de la G-League hasta el día de hoy, visitan Washington. Los de Toronto solo han perdido tres partidos de temporada regular y por primera vez en su historia, juegan ante los Capital City Go-Go, el nuevo equipo afiliado de los Wizards. En Diciembre lo anunciaban y para Agosto hacían oficial el staff: Jarrell Christian sería el head-coach y Pops Mensah-Bonsu, el primer general manager de la franquicia.
Y antes del partido entre los Capital City Go-Go y los Raptors, Pops se sienta a hablar con The Wing. Sobre la NCAA y el futuro de la liga, sobre sus planes, el poder de África en la NBA o el uso de marihuana terapéutica. No se esconde ante las preguntas, no niega ningún tema y apunta directo cuando dispara, sin titubear.
Nacido en Tottenham, Nana Papa Yaw Dwene Mensah-Bonsu es conocido en el mundo del baloncesto como ‘Pops’ Mensah-Bonsu. Su nombre, en la lengua akánica de la región del Sáhara, significa cazador de ballenas. Un antepasado suyo se encontró una ballena en la costa de Ghana y la mató, de ahí el nombre, que ha ido pasando de generación en generación. Hasta la NBA. Y ahora en los despachos de Washington.
«Llegar a la NBA es una ambición, es algo que realmente me gustaría conseguir, pero no tengo prisa por llegar. Si pasa, bien, me sentiré agradecido; si no, sigo aprendiendo cada día. Aprecio el camino más que el destino final, pienso más en el aprendizaje, la experiencia diaria. Y cuando la oportunidad llegue, estaré listo«. Otros, como Elton Brand –ahora GM de los Sixers– o Shareef Abdur-Rahim –nuevo comisionado de la liga– fueron general managers en la G-League previamente.
Y la oportunidad le ha puesto en el sitio adecuado en el momento adecuado. La competición se encuentra en el momento de crecimiento máximo.
El rumbo de la G-League
Además de NBA, competiciones FIBA y en Europa, Pops jugó en la entonces D-League. Y como jugador, fue una gran experiencia. «Cuando yo estuve en Dallas, eran el mejor equipo de la liga, 67 victorias. Yo era un undrafted, no iba a jugar, no había minutos para mí. Y en la G-League tuve la oportunidad de seguir jugando, de mantenerme fresco y adquirir mucha experiencia para crecer. Mejorar, crecer y desarrollarme como jugador«.
Desde entonces, la liga afiliada a la NBA ha cambiado mucho. Para empezar, la entrada de Gatorade cambió el nombre y el valor del producto. Los salarios subieron, se crearon los two-way contracts y hay televisión en todos los partidos, para verlo aunque sea por internet. «Han mejorado las condiciones de trabajo, pero todavía podemos hacerlo mejor. Los equipos NBA pueden invertir más dinero, así los jugadores descartados pueden venir con nosotros, en lugar de irse al extranjero. Si invierten, los jugadores se quedarán, la calidad mejorará y la competición será mejor. Cuando inviertes en algo, acabas viendo los resultados«.
Pero ganar no es importante, o no es lo más importante. Ahora, el sistema es distinto. «Ahora lo importante es desarrollar a jugadores, porque con el desarrollo vienen las victorias. Todo es sobre desarrollo, dentro y fuera de la pista» asegura Mensah-Bonsu. Y el gran reto, a la hora de desarrollar talentos, será con la llegada de los jugadores de high-school. La NBA ha planteado un nuevo escenario y la liga ya se prepara para los nuevos desafíos.
https://www.alejandrogaitan.com/entrevista-pops-mensah-bonsu-2/
«Creo que desde hace mucho tiempo, otros deportes de las grandes ligas como el baseball o el hockey, o incluso compañías como IMB o Microsoft van a high-schools y eligen a los mejores, a los más listos, para ir directo al profesionalismo. Y la NBA es otra entidad que puede hacerlo«. Pops añade dos grandes beneficios: darles la oportunidad de elegir si quieren ir a la universidad o no, y sobre todo, estar en un ambiente NBA, donde pueden aprender el día a día antes de ser drafteados.
«En mi caso, hubiera sido algo que me hubiera encantado. Seguro que hubiera jugado aquí [por la G-League]«. Pero hay una gran incógnita ante este nuevo modelo, que plantea Jordi Alfonso en el artículo linkado dos párrafos más arriba. ¿Se distribuirán los jugadores entre distintos equipos? En caso afirmativo, eso podría perjudicar de cara al draft, ya que esa franquicia tendría mucha más información y acceso al jugador que cualquier otro equipo. Pero para Pops, es un problema que muy posiblemente no se dará.
«Creo que va a funcionar. Es posible que un equipo consiga más información de primera mano, pero luego tiene que ir al draft» asegura. Añade que «el equipo tendría ventaja, pero va a ser muy complejo que un equipo G-League elija a un jugador y al año siguiente el mismo equipo NBA pueda draftearlo. Será en casos muy puntuales, pero es un riesgo a correr«
La G-League contra el mundo
La relación entre un equipo NBA y uno de la G-League ha crecido con los años, y en el caso de los Wizards todavía más: «principalmente porque estamos en el mismo edificio. Hay mucha conexión, facilitada por la proximidad física«. Y ese va a ser uno de los objetivos de Shareef Abdur-Rahim, el nuevo presidente de la liga: implementar el nuevo camino profesional de los jugadores de high-school y probar, de manera experimental, normativas y posibles expansiones de la liga. La G-League es, definitivamente, el conejillo de indias de la NBA.
¿Pero hasta qué punto, una G-League más profesional, moderna y competitiva ahogaría el baloncesto FIBA? Para ‘Pops’ es más bien al contrario, «Lo hará más competitivo en todo el mundo. Al final solo hay 27 equipos en la G-League (29 el próximo año). Al otro lado hay un continente entero, no creo que la liga pueda matar a los Barcelona, CSKA o Real Madrid, es más, nunca podremos ponernos al nivel de esos equipos«. Y lo sabe mejor que nadie, porque Mensah-Bonsu jugó en CSKA, entre muchos otros.
Pero quizá de Europa tiene dos recuerdos mejores: primero, el triplete que consiguió con Besiktas, además del MVP de la Final Four de la EuroChallenge y el mejor jugador de la liga. El segundo, nos queda más cerca. En 2008, el CB Granada se jugaba en la última jornada descender: una derrota le condenaba a la LEB, una victoria le aseguraba una plaza en ACB un año más. Y para ese último partido, el equipo andaluz decidió firmar a Pops. Sin entrenamiento previo, sin conocimiento del equipo: llegar y salir a jugar. Ante Baskonia.
«Ese es un uno de mis mejores recuerdos. Cuando la gente me pregunta por algunos de mis mejores momentos en mi carrera, ese es uno de ellos sin duda». Lógicamente. 22 puntos, 9 rebotes y la victoria ante un TAU que aquel año hizo Final Four, campéon de liga y sub-campeón de Copa. «Tenían jugadores como Splitter, Prigioni, Will McDonald, Pete Mickeal, Planinic –que no jugó ese partido«. Y alguno más, como Rakocevic o Teletovic. El Granada volvió a jugar ACB, claro.
Donde nunca llegó a jugar a nivel profesional, aunque le hubiera encantado, fue en Inglaterra, principalmente por falta de competitividad. Pero este pasado mes de Noviembre, Jordi Bertomeu CEO de la Euroleague, anunciaba que el objetivo era crear un equipo de nivel. «Es algo que se tenía que haber hecho hace 15 o 20 años atrás. Llega tarde». Mensah-Bonsu sí fue internacional con la selección, en dos competiciones distintas entre 2009 y 2012. Pero nunca en la liga, algo que le duele, «Y es un sueño personal, no solo un equipo, ver una liga de nivel en Inglaterra. Ha sido un objetivo de hace mucho tiempo y será bonito verlo, cuando pase«.
La ventaja, que ahora la Euroleague puede trabajar a su antojo y prácticamente decidir qué equipos entran y cuáles no en la competición. «Me gusta el sistema, pero me gustaba mucho cuando cualquier equipo podía clasificarse, pero está bien cambiar. Si a la larga no funciona, siempre pueden volver al sistema antiguo«. Y el nivel de esta Euroleague es muy superior al de la G-League, por supuesto. «Ahora mismo, creo que Europa está ahogando a la G-League pero el cambio genera consistencia, al menos en los equipos que la juegan«.
Europa, la G-League o su futuro en los despachos no son los únicos temas a los que Mensah-Bonsu se atreve. La liga afiliada es ahora su mundo, pero como ex-jugador, hot-topics como la marihuana terapéutica, la salud mental de los jugadores y el tratamiento correspondiente o la llegada de la NBA a África, y de África a la NBA, son bienvenidos.
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