¿Sabían ustedes que el Barça Regal tiene 83,9 posesiones por partido en ACB? ¿ Y qué Llull es el jugador que más puntos por posesión genera en el Madrid? Estos dos, solo son ejemplos de los miles de datos que Óscar Cuesta aporta al baloncesto. Nacido el 9 de Noviembre de 1976 en Barcelona, Oscar es un loco de este deporte. De todo tipo. Por ejemplo, el 21 de marzo de 2001 decide crear MasBasket.com con toda la información del baloncesto femenino. Y ahí sigue la web, la semana que viene cumple 12 años. Desde hace algunas temporadas también forma parte del equipo que narra en Orange Arena la ACB y ahora, además, trabaja en el departamento de prensa de la Liga. Pero los más afortunados de todos, son sus más de 3.000 seguidores en Twitter. A ellos, a nosotros, nos brinda en su cuenta los datos más inverosímiles habidos y por haber en el baloncesto. La primera pregunta la tengo clara Oscar:
¿Por qué el baloncesto?
¿Por qué el baloncesto…? Supongo que porqué siempre me ha gustado, aunque sí que es verdad que de pequeño me gustaba más el fútbol. Pero luego me gustaba más el baloncesto porqué era más cercano, más accesible; el fútbol está demasiado masificado para mi gusto. Y el básquet tiene ese punto que necesitas entenderlo, es más cercano sin llegar a ser una cosa de mínimos.
Hablando sobre tu carrera, en 2001 creas una página web sobre baloncesto femenino y ahora has llegado a redactor de ACB.com ¿Cómo un periodista que tiene claro que quiere acabar en el baloncesto, empieza creando un proyecto para acabar llegando a un portal referente en el baloncesto español?
Pues si te digo la verdad, es desde la pasión. Es vocacional. Yo no soy periodista, no tengo la carrera de periodismo, y la situación es hacerlo a través de la pasión por el baloncesto y la comunicación. Una cosa lleva a la otra. El tema es ir escalando poquito a poquito, cuestión de invertir tiempo, invertir esa voluntad de echarle horas y pasión a lo que haces. Si contáramos las horas que he estado haciendo datos, escribiendo, incluso sin ser remunerado… siempre teniendo la tranquilidad de otro trabajo. Pero es suerte: estar en el momento adecuado en el lugar adecuado, y además, haber hecho méritos. Que se valore en función del trabajo que has ido haciendo.
¿En algún momento creías que podrías acabar escribiendo en ACB.com?
No. No, y no es algo que diga por humildad. Sinceramente no lo veía. A Orange Arena entro de casualidad. Yo había abandonado la vertiente del periodismo, y me estaba dedicando más a ser entrenador de baloncesto, donde vivía unas experiencias que estaban muy bien. El periodismo lo tenía apartado, y me preguntan si conozco a alguien que pueda hacer unas pruebas para el proyecto [en ese momento ACB 360]. Yo les digo que sí, que lo busco. Y la propia persona me pregunta si yo me veo capacitado. En ese momento digo que estoy algo oxidado en radio, pese a que la hacía desde antes de la web. Me sale regular, pero suficiente. Y en ese momento ya estás dentro de la rueda. A partir de ahí, ven tu trabajo, tus ganas, ven que propones proyectos, ideas… incluso inviertes horas de tu vida social a hacer algunos trabajos. Y eso ha llevado a acabar donde he acabado. Aunque sinceramente no me lo creo. He pasado de trabajar en un hospital como administrativo a ser redactor, pero yo pensaba todo el día ‘baloncesto, baloncesto, baloncesto…’ y sonó la flauta.
En ACB 360 hay un momento importante en tu carrera, aquel Unicaja – Real Madrid. Saliste en las noticias, te entrevistaron en SLQH y en parte cambió tu rutina. Cogiste fama en Twitter, pero seguiste igual, dando datos, datos y más datos. ¿De dónde viene el amor por la estadística?
Los datos me vienen de muy, muy lejos. Pero no a usarlos de la manera que lo hago ahora. En mi casa tengo carpetas y libretas con toda la anotación de la NBA de la temporada 1995/96. Incluso de Euroleague, de manera cutre, chapucera. No había ordenadores en este país aun. Luego tienes que reinventarte, mediante el Excel u otras herramientas cotidianas a las que puedo aspirar y trabajar. Pero la semilla que tenía, la acaba de regar @2010MisterChip.
Es otra galaxia.
Creo que lo de Alexis es una cosa fuera de categoría. Le leo en Twitter, veo datos absolutamente descollantes, y veo que puedo llegar a un nivel. No el suyo, porqué no tengo sus herramientas, pero algo puedo hacer. Era una vía no explotada y que me entusiasmada, y veo que se valora mucho. El feed-back de Twitter se agradece un montón.
Y consideras que mediante los datos, las estadísticas, ¿se puede llegar a valorar un partido?
No, en absoluto. Te lo digo porqué soy entrenador y últimamente, el rol ya no es poner o quitar a los jugadores, y es más bien ser gestor de grupo. El baloncesto son emociones, son cinco personas contra cinco personas y eso se ha de valorar, lo que pasa por la cabeza de los jugadores. Los números solo tratan de explicar situaciones que se escapan a nuestra vista, como las posesiones por partido. Intentas explicar como consecuencia de lo que sucede. Quien mejor lo resumió fue Bozidar Maljkovic: “Las estadísticas son como un bikini, te enseñan mucho pero no lo más importante del baloncesto”. Y eso lo hemos de tener claro. Aportan un extra, pero no lo esencial.
¿Cuál crees que es el dato más relevante, raro, extravagante… que has dado?
Hice uno de broma en la Copa 2011 en Madrid, cuando llevaba horas ofreciendo datos que nadie había dado. Históricos, récords de equipo, récords de partidos… y para relajar un poco, di uno curioso: número de aplausos por jugada. Curiosamente fue de los más aplaudidos, valga la redundancia. Llevaba tantos datos que hice la broma incluso por mi, para que no fuera todo tan pesado. Hablando en serio, no recuerdo alguno exacto por mi mala memoria, pero algún récord de Copa o Play-Off, especialmente de Barça o Madrid, que son los que más interesan. Ya puedes tener de Gran Canaria, que al final, el mercado es el que es. En la NBA si quieres feed-back has de ir a Nueva York, Los Ángeles.
Hablamos un poco de como el periodismo trata al baloncesto. Por ejemplo, TVE cortó la emisión de un Estudiantes-Barça sin conocer todavía al último clasificado para la Copa, o Marca TV, que sacrificó el final de un Unicaja-Prokom para dar un Mirandés-Sporting de Copa del Rey. ¿El periodismo se porta mal con el baloncesto de manera injustificada?
Eso depende de la política de cada medio, y se ha de respetar, te guste más o menos. Marca por ejemplo, es privada, y hacen y deshacen para cuadrar balances. Otra cosa es la televisión pública, que ha de ejercer como servicio público. Son cuestiones que se escapan por las cientos de decisiones que hay en los propios medios. Me gustaría que se tratara mejor, que se respetara. El Madrid-Barça de la Copa de este año, consiguió retrasar el informativo de las nueve de la noche media hora. Pocas veces lo he visto eso.
Pese al mal horario.
Se respetó la emisión, aguantó las dos horas y media y con un share brutal. Se ha de valorar lo positivo y lo negativo, aunque sí que se debería tratar mejor a este deporte. Incluso nosotros, desde dentro, debemos hacernos valer más. Tenemos que generar un producto que guste al público, engatusar, seducir a los grandes periodistas. Ellos mueven las masas. Si a De La Morena le vendo una historia, oiremos baloncesto en el Larguero; si a Héctor Fernández le vendo una buena historia, habrá baloncesto en Onda Cero. Es hilar detalles. Invertir a largo plazo.
¿No hay alternativas?
Lo que te da la fama a corto plazo es, o un ‘dime que no estoy soñando’, que pasa una vez cada un millón, o bien algo políticamente incorrecto, como el dopaje. Algo que no sea bonito. Eso vende automáticamente. Pero si queremos recuperar el terreno que teníamos en el 2000, pues tenemos que seguir invirtiendo.
Cómo el fútbol sala, invirtiendo, con una televisión privada detrás…
Sí, correcto. Y no a la vez. No sé como va ahora, pero en un pasado la LNFS puso dinero para que se le viera, para tener un hueco. Me parece una manera lógica y plausible, inversión. Pero la ACB no debe pagar. Tenemos un producto que se ha demostrado que funciona, 18 equipos y un negocio muy importante como para plantearse pagar. Además estamos en la mayor crisis de la historia.
También tenemos ejemplos contrarios. La televisión autonómica catalana o vasca da baloncesto, jueguen Barça, Penya, Manresa, Bilbao o Vitoria o no. Hay televisiones que apuestan por el baloncesto.
Lo que veo muy importante es que personas hay en esas entidades. Las personas mueven el negocio hacia un lado u otro. En TV3 hay unas personas que cuidan el negocio, hablamos de Jordi Robirosa, Víctor Lavagnini. A ellos les encanta el baloncesto y me parece extraordinario que den partidos que no tengan relación con Cataluña, es para quitarse el sombrero. Otra cosa es que yo quiera, pero alguien por encima diga que no se puede.
Y sobre ofrecer espectáculo, ¿la NBA no puede quitar protagonismo? Ellos ofrecen algo que España no tiene.
Yo creo que no, al fin y al cabo es baloncesto. Y es lo que queremos ver. La ACB no puede estar en contra de nadie, ni NBA, FEB, Euroleague… no podemos meternos en jaleos y guerras, que saldremos perdiendo. Otra cosa es que haya muchas y diversas organizaciones. El otro día vi un mate de DeAndre Jordan, una animalada, pero eso no nos quita cuota. Está dirigido a unas personas determinadas, pero el horario no ayuda. Una retransmisión quizá llega a 150.000 personas, la ACB ha llegado a casi 2 millones en un Madrid-Barça. Y casi seguro, en esos dos millones están los 150.000 de la NBA.
Entiendo que mi manera de narrar es políticamente incorrecta, casi grosera. Voy buscando los límites, la broma, siempre dentro de ver el partido y de pasar un buen rato, que creo que es lo fundamental.
¿Cómo crees que el periodismo digital va a evolucionar en un futuro de cara al baloncesto para ofrecer un producto de mejor calidad?
Internet es tan bonitamente caótico que es imposible predecir hacia donde irá. Puedes augurar, pero va por su propio camino. Tiene su manera de hacer las cosas, y en ese sentido, seguiremos con fragmentación. Mucha gente querrá hablar y la audiencia potencial es de todo aquel que tenga un ordenador, pero es una forma de hacerse ver. Otra cosa es que funcione un modelo de negocio u otro.
Pero sigue existiendo el problema de la financiación.
No sé si habrá muchas corporaciones que quieran meterse en el 2.0, pero sí. Dependerán de la financiación. Quizá seguimos en un modelo convencional.
NBAmaniacs.com es un ejemplo. Está usando un crowdfunding para sobrevivir y si no llega a tiempo, quizá desaparece.
Un proyecto empieza con gente joven, y consiste en engañar a más gente para que se meta en él. Pero llega un momento en que necesitas algo a cambio, sea un reembolso o más visitas. Ellos quieren dinero a cambio, por su gran número de visitas. Quizá tienen que pagar una hipoteca, criar a un hijo… las horas acaban siendo dinero.
Pero hay casos contrarios.
Como hoopshype. Una editorial norteamericana dice que da tanto dinero, y la cabezera de hopos pasa a formar parte de ellos. Siguen funcionando igual, siguen haciendo el mismo trabajo, pero con la fortuna/obligación de tener de vivir de esto. Hablamos de Jorge Sierra, Raúl Barrigón… Unos afortunados. Pero es que si tu trabajo es bueno, has de tener una compensación económica.
Para acabar, dos preguntas sobre ti. ¿Cuál crees que puede ser tu techo como periodista?
Oh, cielos. No lo sé, creo que ahora he tocado techo. O como mínimo, estoy en una nube. No me planteo el futuro, seguiré igual. He ido haciendo, he ido haciendo, y he tenido la fortuna de ser recompensado con un buen trabajo. Valoro mucho donde estoy ahora, llevo cuatro meses. Déjame saborearlo. Igual dentro de un tiempo decido que necesito cambiar, o no, pero ahora mismo estoy en plenitud, en el sitio ideal. Mi trabajo me entusiasma, hay buen ambiente… Solo me falta plantar un árbol y tener un crío.
Y en Orange, ¿qué partido te gustaría llegar a narrar?
Una final. Una final de la Liga ACB. Pero entiendo que mi manera de narrar es políticamente incorrecta, casi grosera. Voy buscando los límites, la broma, siempre dentro de ver el partido y de pasar un buen rato, que creo que es lo fundamental, pero desde la broma. Le doy vueltas a situaciones un poco rocambolescas, o no. Algo convencional. Entiendo que una final es algo muy oficial, muy serio. Y mi estilo no encaja. Pero me gustaría hacerlo. No voy a llorar, pero sería divertido.