Os he escuchado, os he leído en silencio (a veces protestaba un poco) y he apuntado nombres. A cada uno de vosotros, los que de corazón creéis que la temporada NBA 2020 no debería tener asterisco en el campeón, este artículo es solo para vosotros. Con mucho amor, eso sí.

Pero voy a empezar dándoos la razón en algunas de vuestras afirmaciones. Por ejemplo, estoy de acuerdo que este sistema nos dará la máxima emoción posible: el formato play-in o mantener playoffs a siete son dos claves en ese aspecto; además, me encantan los ocho partidos de regular-season, los renombrados seeding games, que han decidido usar como pretemporada para que los playoffs tengan un nivel digno. Buena idea.

Además, estoy completamente de acuerdo en que el campeón será respetado, al menos por mi parte. Muchísimo mérito, felicidades y a celebrarlo con todo y sin público. El anillo vale lo mismo, porque en diez, quince o cien años, lo olvidaremos — pero al asterisco tiene que estar ahí.

Y ahora es mi turno.

Al argumento que este formato da igualdad, que todos parten de cero, ese que casi todo el mundo ha usado, es mi principal ataque. La magia de los playoffs en la NBA es que NO todos los equipos parten de cero, que no hay igualdad. De ahí el factor pista, la cantidad de viajes. No es lo mismo visitar Denver, a 1600 metros de altura tras un viaje de tres horas, que no tener que lidiar con ninguno de esos inconvenientes. No es lo mismo tener que jugar tras escuchar el Oh Canadá a plenos pulmón antes de unas NBA Finalls, que tras un vídeo de Mickey Mouse. Not the same.

Fuente: FiveThirtyEight
Fuente: FiveThirtyEight

El factor pista de la NBA es clave, al contrario que lo puede ser en la NHL o MLB. Según FiveThirtyEight, el el equipo local es tiene un 60% opciones de victoria en temporada regular, y para los playoffs, esa cifra crece a 64.5%. Y hay que recordar que el jugar en casa es un premio, un derecho que se gana en la pista durante los 82 partidos de temporada regular. Y este año, aunque se vayan a jugar unos 75-77 partidos de temporada regular, no hay premio alguno para nadie.

¿Qué pasa si los Wizards remontan, acaban a cuatro partidos del octavo y juegan el play-in ante Orlando? Hipotéticamente, ganan esos dos partidos y se meten en playoffs ante los Bucks. Esa situación, por muy ficticia que parezca, en una temporada convencional NUNCA podría suceder. ¿Y si por el motivo que sea, acaban con los Bucks en primera ronda? Ya, suena improbable. En un año normal sería imposible — principalmente porque los Wizards han quedado novenos —, imaginarse a Washington asaltando el Fiserv Forum y a Bertans frenando a Giannis. Y puestos a soñar, se cruzan con los ¿Heat? ¿Pacers? y llevan la serie a siete.

No, no se jugaría en el American Airlines o el Bankers, se jugaría otra vez en una pista neutral. Y está feo. Se le resta adversidad y eso, amigo lector, es sinónimo de asterisco.

Solo cinco veces, desde que los playoffs son de 16, un seed #6 o inferior se ha metido en unas finales de conferencia: Suns 1984, Sonics’ 87, Bulls’ 89 (con Jordan), Rockets’ 95 (el año del trade de Drexler) y los Knicks en 1999. Todos ellos tuvieron que ganar al menos DOS series fuera de casa, algo que este año es imposible porque no existe dicho concepto.

 

— NO, NO ES COMO UN LOCKOUT 

Con los que no puedo de verdad, son los que dicen que entonces hay muchas temporadas con asterisco por las lesiones “como la de los Raptors del año pasado”. No, para nada. Lo siento, pero estas equivocado porque, uno, las lesiones son parte del deporte, las pandemias mundiales no; y dos, los Raptors ganaron 19 de los 24 cuartos que se jugaron en las Finales del año pasado. Fueron superiores toda la eliminatoria excepto los 11 minutos que Durant estuvo en pista en el quinto partido.

Luego están los que aseguran que si una temporada con lockout no tiene asterisco, esta tampoco debería, como si fuera la misma situación (podría llegar a comprarlo, pero no). De verdad, no lo es. Una temporada con lockout es una temporada convencional con menos partidos, period. Se sabe desde el inicio, todos inician la temporada con el mismo handicap y la acaban igual. Que los Knicks se metieran en las NBA Finals en 1999 fue un accidente, pero no es culpa del lockout.


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